"Cuando el que manda pierde la vergüenza, el que obedece pierde el respeto".

martes, 17 de enero de 2012

RESPONSABILIDADES
El tiempo va pasando, y de la cacareada modificación de la Ley de la Carrera Miliar, seguimos sin saber nada. Siendo sincero, me lo imaginaba, el gobierno ha cambiado y también el ministro de defensa y el subsecretario y... pare Vd. de contar, en las zahúrdas de nuestro querido ministerio, siguen los mismos, los ejecutores de una de las peores leyes de la historia democrática de este País, que ha conculcado derechos de forma abyecta y ha cometido arbitrariedades tan grandes en unos servidores públicos que no tiene parangón, y parapetándose en la alevosía y el escarnio de saber que sus víctimas están indefensas ante las tropelías.
Nadie les exige responsabilidades, es más alguno de ellos hasta ha sido felicitado por participar en este engendro, y ninguno tiene la vergüenza torera de reconocer los errores. Cuando llegan los recursos son ellos mismos los que los informan negativamente, a sabiendas de que la aplicación de la Ley genera agravios y perjuicios que avergonzarían a cualquiera con medianos conocimientos jurídicos. Y estos son los grandes problemas que tenemos los suboficiales, la nula formación jurídica de los que desarrollan las leyes que gobiernan nuestro futuro y la indefensión.
Los suboficiales, tenemos que desengañarnos, nuestros problemas nunca tendrán solución mientras los que hacen las leyes sean los mismos que después tienen que desarrollarlas y aplicarlas y resolver los recursos y que además son nuestros superiores. Unos superiores que han demostrado que no son gente de fiar y que no han cumplido una de sus obligaciones que por delegación les corresponde y que es velar por los intereses de nosotros, sus subordinados.
El nuevo gobierno tiene una oportunidad de oro, para sacar de la arbitrariedad y de la inseguridad jurídica a los suboficiales, devolviéndoles sus derechos, pero desde luego no lo conseguirá si en la Dirección General de Personal, donde "cocinaron" esta infame ley siguen los mismos, gozando de la impunidad que da el que nadie te exija la más mínima responsabilidad por un trabajo mal hecho.

3 comentarios:

  1. Estupendo artículo, con tu permiso lo difundiré entre mis conocidos.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Pero vamos a ver, todavía no has ascendido a comandante, a qué esperas.
    Si hubieses sido listo habrías ingresado en la AGM, y ahora serías todo un señor (si buana),pero como seguramente no lo eres o tuviste mala suerte, es lo que toca.
    Hay que ver cuánto pardillo anda suelto por este Ejército de Dios (o de Pancho Villa). Cómo se te ocurre ingresar en la AGBS, no vés que no existe futuro para tí. Aquí lo que cuenta la blancura de la oficialidad de West Point y lo demás no existe.

    ResponderEliminar
  3. El comentario anterior aunque no lo parezca está escrito con cariño.
    Todo lo que relatas me suena como muy repetitivo, por desgracia, como muy visto y vivido por todos.
    Tengo la gran suerte o desgracia de no pertener ya a este fabuloso,jodido,menospreciado y ninguneado gremio.
    Pero cualquier suboficial, como ya sabrás,te contará lo mismo.

    ResponderEliminar